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martes, 28 de diciembre de 2010

¿Qué tan joven eres?

Recién acabo de cumplir 42 años. Nací en 1968 un año muy particular. Estaba la guerra de Vietnam. Asesinaron a Martin Luther King el más joven premio nobel de la paz. En mayo se da una reunión de estudiantes en la plaza de la Sorbona en Francia movimiento que unos meses adelante dejaría a México heridas muy profundas (estos hechos mucha gente en México no los conoce) El senador y candidato presidencial Robert F. Kennedy resulta herido de muerte a consecuencia de disparos en Los Angeles, Calif. El inolvidable 2 de octubre y su rojo amanecer en la plaza de las tres culturas. México es sede de los J.O. Richard Nixon, candidato republicano, gana las elecciones presidenciales de EUA. Borman, Lowell y Anders astronautas del Apolo VIII amerizan sanos y salvos en el océano pacifico después de dar 10 vueltas a la luna, misión que duró 7 días. Y la guerra fría, la guerra fría……vaya que batalló Estados Unidos.
Y así los acontecimientos alrededor del mundo siguen como es costumbre.
El día de mi cumpleaños mi hijo mayor, Diego, me preguntó ¿qué se siente tener 42 años?
Mi respuesta fue: Yo me siento igual que siempre. Pienso que en escancia soy la misma persona que siempre he sido. Conservo a mis amigos de toda la vida. Arturo y Jorge son mis amigos desde que tenía 4 años de edad, poco después conocí a Jose Luis y desde entonces somos los mejores amigos. Yo no sé qué es lo que se deba de sentir en estos casos pero yo no me imagino a mi mismo como entonces veía a los papás de mis amigos (seguramente a mi me ven igual ahora) pero no es lo mismo ver de abajo hacia arriba que en el sentido opuesto.
Tal vez si sienta un cansancio físico el cuál obvio no es igual que cuando tenía 18 años y entrenaba de cuatro a cinco horas diarias bajo el sol, la humedad, la tierra, las piedras, sudando hasta la última gota de orgullo con el “Loco Medina” gritándonos en la nuca y esforzándose como siempre en sacar a como diera lugar lo mejor de nuestros cuerpos y nuestras mentes. Decían que estaba loco y ciego, yo lo admiré por su locura, la ceguera creo que les afectaba mas a los que no lo entendían. El malo no es malo es ignorante, según me dijo después el mejor de mis hermanos.
De niños jugábamos a los espías. Hablar entonces de la guerra fría era como ahora hablar de nuestro problema de seguridad. Estaba muy de moda la guerra fría. Los comunistas eran odiados por la cultura americana. Las películas de entonces no todas se filmaban en los Estados Unidos. Para nosotros jugar con armas, pistolas, instrumentos de comunicación remota como el walkie talkie, los relojes con micrófono, la minicamara con microfilm, los artefactos de James Bond, eran cosas con las que podíamos lograr restablecer el orden generado por quienes querían destruir nuestro entorno y generar un caos.
Las series de televisión eran mash, combate, super agente 86, el hombre nuclear, la mujer biónica, la mujer maravilla, bonanza, los pioneros, tierra de gigantes, Perdidos en el espacio etc.  Y nos reíamos mucho cuando veíamos al temirófono de Tin-Tan ¿Qué loco sonaba verdad?¿dije loco?¿o debí decir visionario?......
Los hippies, la revolución sexual, la pastilla anticonceptiva, el uso del condón, las comunas, Woodstock, la flor de la margarita, Andy Warhol, Studio 54, 24 Horas de LeMans, los autos deportivos como el mustang y el corvette, el uso del bikini, la liberación femenina, las ventas de Tupperware, los jeans Levi´s, pantalones acampanados, zapatos de plataforma, las manifestaciones públicas, Snoopy, el uso de las drogas como la marihuana y el LSD, La película El Graduado, El símbolo de la Paz, cosas con las que crecimos.
Elvis prestley, Los Beatles, los Rolling Stones, Sony & Cher, America, Pink Floyd, The Eagles, Bob Dylan, Jimi Hendrix, Simon & Garfunkel, The Doors, y tantos mas daba risa compararlos con los hermanos Carreón, con el Tri Souls, y otros que ya ni me acuerdo.
Estoy seguro que todas las épocas de la humanidad han tenido su encanto y por más que nos resistamos, la mejor época es la que nos ha tocado vivir a nosotros. Soñamos y nos transportamos a otros tiempos y lugares mediante el poder de la lectura y la imaginación creando nuestros propios sueños de esperanza y libertad. Diseñando nuestras propias vidas de acuerdo a nuestra forma de pensar e idear como deberían de ser las cosas. Y como todo en la vida. Tenemos nuestros propios aciertos y errores.
A quien no le gustaría tomar unas clases con Platón, de retórica con Aristóteles, Geometría y lógica con Hipathia, Pelear con Marco Antonio, Ver cuando Bruto clava la daga en Julio Cesar, haber asistido al Coliseo Romano, escuchar el pensamiento de los involucrados en la revolución francesa como Voltaire, Rousseau, y Montesquieu. Cabalgar con Pedro de Valdivia en su conquista de Chile. Saber lo que sintieron los Españoles por primera vez al ver de noche la gran Tenochtitlán. Y porque no, ser el receptor de los pensamientos de Cortez sentado, cansado y sin aliento bajo aquel Ahuehuete en mitad de la noche.
Sin darnos cuenta. De repente somos el resultado y consecuencia de pensamientos, leyes, matanzas, guerras, conquistas en el nombre de Dios, violaciones, del rapto de la abuela, de la huida nocturna de dos amantes, del matrimonio arreglado, migraciones, trabajos forzados, sed, hambre, enfermedades, victorias, independencias, emancipaciones, y la libertad.
Yo creo que la vida camina a una velocidad asombrosa. Hace tan solo diez años no contábamos con Memorias USB, iPod´s, Teléfonos Inteligentes, Internet móvil, Consolas de video juegos interactivos, YouTube, las redes sociales Facebook y Twitter, y la cámara digital. Es obvio que nuestros hijos no pueden concebir la vida sin estos artefactos de los cuales no son nada si no incluimos al factor humano.
Y bueno. Yo en lo personal preguntaría ¿qué tan joven eres?
Lo que si voy a decir es que me siento feliz de tener 42. Espero poder seguir cumpliendo mas años y seguir viviendo de frente las experiencias que la vida me depare. Seguir disfrutando como hasta ahora de la vida con mi esposa Lolis. Compartiendo con ella las alegrías y sinsabores sin los cuales no tendríamos de que hablar en nuestra vejez. Seguir disfrutando de una buena lectura, un buen vino, una deliciosa comida, música agradable, sin perder unos de mis tesoros más preciados, la curiosidad de un niño y el buen humor que solo dan las gratas compañías.
No voy a preguntar ¿Qué se siente ser tan joven? Será mejor que cada quien lo averigüe a su manera.

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