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domingo, 11 de abril de 2010

La Teoría del Mamut

En estos días en los que he estado recorriendo una parte del país he tenido oportunidad de leer, escuchar y pensar acerca de una anécdota que escuche hace ya algún tiempo y los comentarios y referencias me llevan a pensar en un detalle básico del comportamiento femenino.



Mucho se habla de las distintas clasificaciones del macho en su concepto y género animal. Tenemos al macho alfa, macho beta, macho omega, macho probado y machín. Palabras más palabras menos, desde el líder de la manada hasta el más naco de la camada. Este asunto a los hombres nos ha tomado horas, años, décadas y siglos ponerle un nombre y clasificación, tal y como nuestra mente científica nos los requiere. Todo lleva un tiempo, un orden, un ciclo, análisis, definición y ejecución, y luego entonces tomamos notas, evaluamos, y volvemos al mismo punto en donde empezamos para replantearnos si estuvimos en lo correcto. Yo creo que por eso vemos y vemos todos los programas de resumen del futbol los domingos y el lunes en la oficina seguimos con que yo lo vi así, tú no sabes de futbol ni sus reglas…., como justificante para ver los análisis deportivos entresemana. Uffff creo que empiezo a ver la luz del pensamiento femenino.



El caso acá. Es como las mujeres una vez más nos ganaron en el análisis, deducción y ejecución!



Resulta que en la época de la Prehistoria cuando el grupo de cazadores (encargado de proveer la alimento a la tribu) salía de caza, invariablemente estaba liderado por el cazador más fuerte, más hábil, y más experimentado. Pueden ustedes imaginar como la vanidad de las mujeres, ese sentimiento primitivo (dolor de cabeza de muchos tenedores de tarjetas de crédito) las llevó a disputarse y agenciarse al cotizado mercado de los cazadores. Obviamente buscando un buen proveedor. Que si es un joven prometedor, que si es el que le sigue cuando el líder muera, que es el que tiene mejor olfato y sin él los cazadores no serian nadie, el mío es el que avisa si llueve o no. En fin las mujeres siempre encuentran la posición de su pareja de inmejorable situación. Esto cuando están con otras mujeres, porque cuando están con su pareja siempre le preguntan para cuando es el próximo asenso.



El detalle curioso en este punto es cuando por ahí una de ellas, a mi parecer la hembra alfabetagamadelta, cayó en la cuenta de que el macho alfa de los cazadores no era el mejor proveedor de sus necesidades. Me refiero a casa, comida, sustento, protección, respeto, etc, etc. Ya sabemos que la lista no acaba ni acabará. Nunca preguntes a una mujer que va a hacer con ese extra con el que no contabas porque, o le sales debiendo o se avecina una tormenta. En fin, se dio cuenta de que su condición era una de las más inestables….. ¿Por qué? Muy sencillo. El líder de los cazadores era la posición más vulnerable, era al que todos le querían ganar, o tomar su puesto en el grupo, Aparte de su situación de ser el más bravo, valiente y ágil, era el que estando frente al Mamut tenía más probabilidades de 1.- salir muy mal herido al grado de quedar incapacitado (habría que mantenerlo de por vida) y 2.- En el mejor de los casos, moría por sus enfrentamientos con las bestias. Esto dejaba a la mujer desprotegida y vulnerable frente a los demás miembros del clan y por consiguiente no era una posición que ellas detentaran en principio ni como fin.



Entonces, como magnifica representante del género femenino empezó a echar a andar su maquinaria gris (vaya que la usan) y de inmediato se dio cuenta que el poder, el control, el orgullo, las adquisiciones (no había dinero) las mejores posiciones, y la riqueza en general y tooodas sus gracias ¡no eran propias del macho alfa! Por lo tanto no era la mejor opción.



En lo absoluto. Se dio cuenta que había en el clan un cierto tipo de hombre que era el que por sus propios meritos (su inteligencia mas no su fuerza física) lo ubicaban en una posición a la que ¡no todos podían acceder por no tener el perfil¡



Este hombre era capaz de proveer por siempre y por completo sus ¡most fancy needs! A su lado no habría temor por ser asaltada, violada, insultada, no habría temor de no tener comida, casa, hijos, nanas, nodrizas, servidumbre, cocinera, lavandera, costurera. Indefensa y esclavizada …. ¡Jamás! El era entonces, sin temor a equivocarse, el indicado por los Dioses de los deseos para ser su Real y Cariñoso Protector! Aún y cuando este tipo de hombre no cumpliera con los requisitos de ser el más guapo y varonil. Claro está, que si aparte de todo incluía estas dos últimas definiciones (no del todo necesarias) Pues esa era la cereza del pastel!!!



Luego entonces, como decía mi maestro de probabilidad y estadística. Resulta que este comportamiento de identificar, como toda una buena cazadora, al hombre que ha de cubrir este perfil (tan escaso a través de los tiempos) sea “El” objetivo principal para muchas.



Estoy seguro que habrá algunas que digan que lo más importante son, el amor, los valores, la calidad moral, que no tome, que no vea futbol, que sea sano, que sea un buen padre, que sea un buen ejemplo, en fin, otra vez listas interminables. Habrá hasta quienes digan que sea Fiel, pero, yo sé de muchos perdonados con poder.



Cierto es que nada de lo descrito como importante les dará de comer, ni seguridad cuando el ya no esté.



Hay mujeres que realmente se enamoran de un hombre con un perfil distinto al aquí descrito y que están dispuestas a darlo todo por él (sentimiento noble pero improductivo), pero al final terminan por destrozarlo, haciéndole pedazos su orgullo y burlándose de el por no poder conseguir lo que ella si pudo, Condenándolo a vivir en la miseria de verse y saberse mal utilizado. En lugar de ser sus maestras y convertir a su alumno en un ser superior del cual estarán orgullosas por todo el resto de su vida. Ah! y aparte superprotegidas. El alumno supera al maestro.



Ahora que, la que compro boleto solo por capricho ……….solo le queda recapacitar y ahora sí, afilar el instinto y empezar de nuevo en donde se quedó. El divorcio no es malo, lo malo y lamentable es hacerle la vida de cuadritos al otro por frustraciones propias.



Ahora que los hombres ya sabemos (según la teoría del Mamut) lo que las mujeres en verdad solicitan, pongámonos a trabajar fuerte y duro por la mujer que escogimos y que ellas decidieron compartir su vida con nosotros.