Existe el dicho – El que es responsable en las cosas pequeñas, es responsable en las cosas grandes.
Para los que somos Papás nos será muy fácil identificar la problemática de la dinámica hacia el interior de nuestra familia, circulo primario. Nos damos cuenta perfectamente del comportamiento de cada uno de los integrantes de nuestro núcleo familiar. Como cabezas de familia tenemos el cuidado de proteger, aconsejar y en ocasiones dirigir a quienes lo necesiten. De tal forma que cuando detectamos algo que ponga en riesgo el balance de la dinámica familiar empezamos a ejecutar acciones correctivas en la misma dimensión y proporción. Esto con la intención de corregir el rumbo. Pero como siempre pasa en algunos casos las cosas se salen de control y las dimensiones y proporciones se salen de control. Y sabemos como cabezas responsables que somos (o intentamos ser) que en ciertas ocasiones las medidas que se tienen que tomar son extremas, pero, siempre en beneficio del bienestar del integrante que la está pasando mal en ese memento. Sabemos que nos duele aplicar la medida de la pena o el castigo pero siempre pensando en que “Es por su propio bien”.
Si nos salimos un poco de casa. Hacemos una selección de vecinos y amistades. Siempre en función de quiénes somos y hacia dónde vamos. Vigilamos con quienes se reúnen a jugar nuestros hijos así como nosotros también tratamos de reunirnos con personas, amistades y familiares con quienes nos desarrollamos mejor como personas. Aquí las cabezas de cada familia también asumimos cierto liderazgo entre esta comunidad de nuestro circulo secundario. Sin darnos cuenta formamos una especie de red de comunicación en donde intercambiamos información y toma de decisiones enfocadas al bienestar de nuestra relación. Cuando nos enteramos de alguna situación desagradable o penosa intercambiamos puntos de vista, hacemos un consenso y adoptamos una línea por el bienestar del propio grupo. Hacemos esto sin darnos cuenta que lo estamos haciendo. Solo porque sabemos que es nuestra responsabilidad y por naturaleza se de de facto. ¿Interesante verdad?
Salimos un poco del barrio y nos adentramos en nuestra ciudad. Ahora el asunto se pone un poco complicado. Nos enfrentamos a otros cabezas de familia. Seguimos haciendo la selección de los lugares que frecuentamos de a cuerdo a quienes somos y a hacia dónde vamos. La comunicación sigue fluyendo pero ahora conforme los distintos sectores esta toma ciertos matices y tendencias. Este es el círculo tercero en donde somos los demás de los demás. Y aquí empezamos a aflojar un poco o un mucho. Dejamos las decisiones de las acciones y toma de decisiones a quienes hemos elegido como cabezas de grupo. La verdad es que nos involucramos muy poco. Tan pobre es nuestro involucramiento que en realidad la mayor parte de las veces no sabemos ni quienes son las personas que nos representan, mucho menos nos interesa (lamentablemente) si tiene un plan de trabajo y ya ni preguntar si lo tiene. Aquí en este círculo tenemos una gran responsabilidad que hemos estado ignorando por siglos y que hoy tenemos a un monstruo de varias cabezas como la Hidra de Lerna que le cortaban una cabeza y le salían dos, y Heracles en donde esta?
El seguir con los demás círculos como el estado y el país nos obliga a dimensionar en su justa proporción nuestras acciones que hacemos en pequeño y que dejamos de hacer. ¿Acaso somos tan egoístas y sólo pensamos en nuestro beneficio en corto y no nos damos cuenta que el buscar y pretender el bien común nos lleva a un estado de bienestar mas allá de lo que hoy conocemos y llamamos bienestar propio? La respuesta es sencilla y corta como nuestras acciones. Sí.
Hoy salimos a la calle con miedo y actuamos como si no pasara nada.
Hoy vemos las noticias de lo que pasa en nuestra propia comunidad y cercanías, y actuamos como si no pasara nada.
Hoy tenemos familiares que han sufrido y padecen las consecuencias de la situación, y actuamos como si no pasara nada.
Hoy observamos a un alcalde, a un gobernador, y a un presidente como esto se les está saliendo de las manos si no es que ya se les fue, y seguimos actuando como si no pasara nada.
Hoy vemos a nuestras autoridades diezmadas y con miedo, y seguimos actuando como si no pasara nada.
Hoy seguimos viendo como la Ley continúa sin aplicarse, y seguimos actuando como si no pasara nada.
Dicen que no debemos agachar la cabeza tanto que se nos caiga el sombrero.
Si somos responsables en las cosas pequeñas, continuemos siendo responsables en las cosas grandes.
Como dice Enrique Bunbury en su canción "Las Consecuencias"- La fe es un grave sufrimiento
Es como amar a un extraño, en vano, que no se presenta por mucho que uno llame, desesperado.
¿Por qué siempre conviene alegrar a la gente? también de vez en cuando está bien asustar un poco.
Si en nuestro interior sabemos que debemos aplicar leyes más duras sobre aquellos que hoy nos tienen sometidos, sabemos que es por su bien y por lo tanto por nuestro bien. Dejemos de actuar y seamos nosotros mismos. No está mal molestarse e indignarse por lo que nos está pasando. Aunque nos duela sabemos que lo tenemos que hacer. Y enseñemos a nuestros hijos que la verdadera riqueza y bienestar provienen del trabajo duro, del esfuerzo diario y de la honestidad de nuestra conducta.
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